viernes, 22 de octubre de 2010

LO MÁS EFECTIVO


Este verano ha sido mi noveno aniversario en estos bellos parajes. Cada día me siento más feliz de vivir en este lugar, pudiendo contemplar el verde vestido de sus montañas.
Ahora el otoño pinta de dorado los árboles y confiere al paisaje unos tonos ocres que me inspiran a la reflexión…
Pero también veo las calles de la urbanización, cada día más y más deterioradas, más y más dejadas, el tiempo se ha cebado en sus calles…Es curioso ver cuan cuidadosa es la naturaleza con sus paisajes, pasa de una estación a otra dando pinceladas de distintos colores a cada una: ocre en otoño, gris y blanco en invierno, multicolor en primavera y amarillo en verano…Sin embargo, el hombre abandona lo que un día construyó, se dedica a pelearse constantemente, a ver a quién le toca arreglarlo. Para evadir sus obligaciones hasta se inventa leyes, pierde horas y horas hablando y politizando.
Yo también caí en la trampa, pensé que recogiendo firmas conseguiría la ayuda del Consistorio, nada más alejado de la realidad. Eso sí, me sirvió para conocer mejor al alcalde “pagès” con boina Lacoste…al socialista o sociolisto o sociotonto, según se mire, comprender que no tenía pensado ayudarnos a los vecinos de Canyamars, que este pueblo sólo le importaba para aquello que le daba fama y votos, que todo se quedaba en verborrea.

Durante diez años de diálogo lo único que hemos conseguido es una desorbitada factura con lo que tiene que pagar cada vecino por arreglar las calles, esas, que una vez impecables, hemos de regalar al Consistorio. Todo tras dos fases de reparcelación, una buena y la otra todavía no se sabe. Eso sí, el IBI actualizado, los impuestos iguales o algo más caros…beneficios: NINGUNO.

Sumándolo todo llegas a la conclusión de que lo mejor que podríamos hacer es una gran pira y poner en ella al promotor y al alcalde, pero como eso ya no se lleva (aunque tengamos “Fira Medieval”), ni tampoco desempolvar la guillotina en la plaza de la iglesia (aunque tengamos las calles como en el siglo XVIII), lo mejor que podemos hacer es una pequeña revolución a la japonesa (sin los Samuráis, claro) y hacerlo nosotros mismos.

Hace unas semanas hubo una reunión de vecinos en la zona A de la urbanización para tratar sobre el tema de la reparación de la calles, Poner un fondo para el material y la gratuidad de las buenas manos de aquellos que voluntariamente quisieran colaborar en tapar pequeños y grandes agujeros.
Poco a poco se van parcheando trozos de calles.

Habrá quien piense que con ello se favorece al promotor o al ayuntamiento, pero cuando paso con mi coche y siento más suavidad bajo sus ruedas me doy cuenta de que los que verdaderamente nos beneficiamos somos los vecinos.

Ahora no hay dinero en las arcas del Estado, nadie nos va a dar nada para reparar las calles, seguirán así diez años más como mínimo, el dinero lo tienen en paraísos fiscales los del caso Malaya, Pretoria…y el “Señor” Millet…. Y algún sociolisto más…

Por tanto, reparar esos agujeros nosotros mismos es lo más efectivo que se ha hecho hasta la fecha. Ojalá que cada vez seamos más manos puestas a la obra. Sólo con que estuviésemos los vecinos de la calle que se repara en ese momento sería suficiente. Poco a poco lo conseguiremos.

Y con esto, y sin hoguera ni guillotina, podremos hacer un gran “corte de manga” al miserable promotor y al alcalde “pagès” con boina Lacoste.

Y desde aquí doy las gracias a todos esos vecinos que invierten un día de su descanso semanal para doblar su espalda en ese duro y arduo trabajo con cemento y rastrillo.

Finalizando este escrito aprovecho para hacer un pequeño homenaje a un gran poeta en el centenario de su nacimiento: Miguel Hernández, el poeta del pueblo. Os dejo con unos versos de su poema “El niño yuntero” que creo nos van muy bien en estos días que vivimos.

(…)
¿De dónde saldrá el martillo

verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.



Anna García

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí Anna, es triste darse cuenta de que la sociedad actual se está deteriorando hasta el punto de que los representantes que hemos elegido libremente en las urnas no representan a nadie,excepto a sí mismos y a sus propios intereses. Es triste comprobar la dejadez de los responsables de mantener nuestros pueblos en buen estado, y su diligencia a la hora de cobrarnos y aumentarnos los impuestos. Es triste darse cuenta de que cuando realmente surge un movimiento ciudadano que se pone manos a la obra, gente que realmente intenta solucionar los problemas con sus propias manos, dejando atrás la demagogia y los deseos de notoriedad, pasa desapercibido o ensordecido porque a nadie le interesa abrir los ojos y ver la realidad.
Creo que lo que estáis haciendo los vecinos de Canyamars es el ejemplo más claro de la nobleza de los ciudadanos y la villanía de los que gobiernan..., ejemplos hay en la historia de abusos desde el poder, desde la riqueza, desde la posición de fuerza, y qué paciencia la de vuestro pueblo...pero ahora las armas son las palabras y las urnas, hay que ejercer pues ese derecho y decirles a los que quieren "servir a los ciudadanos" que no "servirse de los ciudadanos", que ahora toca arrimar el hombro, pero a todo el mundo y vosotros predicáis con el ejemplo, que es la mejor manera de predicar...
Toda mi admiración para ese grupo de vecinos

J.L.Rueda dijo...

Una buena iniciativa pero al final y como siempre los vecinos tienen que ir por libre para poder parchear los problemas.

En agosto del año pasado se rodó una película en Canyamars y el Ayuntamiento cobro tasas a la productora por ocupar la vía pública, durante el rodaje además de las molestias a los vecinos, la urbanización tuvo más traficó rodado de lo habitual y por tanto más desgaste de las mal llamadas calles.

Hace un par de meses el Ayuntamiento firmo un convenio (de los que tanto le gusta firmar a nuestro estimado Alcalde) y alquilado el Pabellón de Canyamars a unos equipos de fútbol sala de un pueblo vecino, que para llegar al mismo deben de circular con sus vehiculos por una calle de la urbanización.

Hace escasamente una semana se hizo la Fira Medieval en Canyamars y el trafico durante ese día también circulo por las calles de la urbanización, los puestos de los vendedores ambulantes pagarón las correspondientes taxas por ocupar las calles de Canyamars.

Lo mínimo que un Ayuntamiento y un Alcalde decente deberían de haber hecho, es invertir el dinero de las tasas que se obtienen por las actividades económicas que utilizan las calles de la urbanización, en comprar unas cubas de hormigón y tapar los socavones de todas las calles de la urbanización, es evidente que el Caudillo y su Cargo de Confianza piensan diferente y solo les interesa sacar dinero de la urbanización y de Canyamars sin invertir nada en este núcleo, me imagino que en estos tiempo de crisis donde prácticamente no se ingresa dinero por licencias de obras, el dinero les hará falta para cobrar los sueldazos que cobran.

Yo me pregunto ¿porque los vecinos nunca aprovechamos estas ocasiones para reivindicar nuestros derechos y sus obligaciones?, la verdad no se para que queremos asociaciones de vecinos si son incapaces de movilizar a los vecinos.

Si cada vez que el Caudillo viene a pavonearse a Canyamars, los vecinos le montásemos un pollo de tres pares de cojones, otro gallo nos cantaría, pero mientras que la actitud mayoritaria sea esconder la cabeza de bajo del ala, la única solución sera que cada uno se tape como pueda los agujeros de su calle.

Ir por libre me parece la peor de las soluciones, con el tema de las escorias quedo claro que la unión hace la fuerza y un grupo de vecinos demostramos que se le puede dar la vuelta a la tortilla si existe compromiso y espíritu de lucha.

Anónimo dijo...

Lo que tendriamos que hacer es poner una pancarta que dijera.

PROHIBIDO PISAR CANYAMARS AL SEÑOR

ALCALDE DE DOSRIUS.

Montserrat dijo...

El pasado 31 fué la castañada, pero como ahora estamos todos tan americanizados, resulta que muchos celebraron Halloween. Hasta aquí muy bien cada uno se divierte como quiere, pero agradeceré a los PADRES DE LOS NIÑOS que se dedicaron a tirar huevos contra algunos coches y dentro de los patios de casas particulares, que les informen adecuadamente de lo que hay que hacer. Divertirse es fantástico molestar y ensuciar es una falta de respeto.

Montserrat Panadés.