lunes, 17 de agosto de 2009

MI MENTE PARA MÍ ES UN REINO ENTERO


La mayoría de los lectores de los blogs, estamos disfrutando de unos días de vacaciones, la pereza vence con la ayuda de su aliado el calor y cuesta escribir entradas.

Así que he pensado que lo mejor seria hacer una entrada relajante que no me requiera mucho “esfuerzo” y para eso nada mejor que recurrir a la poesía y al “copiar y pegar”.

En cuanto a poesía se refiere reconozco mi ignorancia, soy bastante gárrulo, me he quedado anclado en Miguel Hernández y Antonio Machado... y eso gracias a que hace muchos años escuche el disco de J.M.Serrat “Mis Poetas” y me hizo sentir sensaciones extrañas hasta aquel momento, cada vez que vuelvo a escuchar el disco, se me pone la piel de gallina con los versos de Miguel Hernández, pero hoy he leído una de un Poeta que no había escuchado hablar de el y que me gustado y quiero compartir con vosotros, su autor el poeta ingles Sir Edgard Dyer (1543-1607) fue uno de los más famosos y proliferos escritores de la época Isabelina, con el deseo de que disfrutéis de un rato agradable y reconfortante la reproduzco a continuación.

"MI MENTE PARA MÍ ES UN REINO ENTERO"

Mi mente para mí es un reino entero;

En ella encuentro dicha tan compleja

Que excede a otro cualquiera bien cimero

Que da la tierra o nace de pareja.

Y aunque mucho tuviese y más quisiera,

Mi mente esa ambición me la prohibiera.

Ni pompa principesca ni riqueza,

Ni fuerza por salir siempre triunfante,

Ni ingenio que me evita la tristeza,

Ni forma que alimente al ojo amante.

Nada de ello en su siervo me convierte.

Veo como a veces harta la abundancia

Y al que sube, bien pronto derribado;

Veo que aquel elevado en su arrogancia

Resulta ser el más amenazado:

Llega apenas y en medio se sostiene;

Tal cuidado mi mente no lo tiene.

Contento de vivir, ese es mi estado;

No busco más que aquello suficiente,

Ni intento dominar en lo elevado;

Lo que preciso me lo da mi mente.

Con ello soy como un rey victorioso,

Con lo que da mi mente soy dichoso.

Algunos tienen mucho y más desean;

Poco tengo, mas es todo mi empeño;

Son mendigos, por mucho que posean,

Y yo soy rico con caudal pequeño.

Ellos, pobres; yo, rico; piden, doy;

Ellos sufren sin fin, yo vivo estoy.

De la desgracia de otro no me río,

Ni murmuro sobre el dolor ajeno;

No me agita del mundo el mar bravío.

Mi estado de perpetuo está sereno:

Ni escapo del rival ni adulo amigo,

Ni odio la vida ni mi fin maldigo.

Hay quien mide el placer por el deseo,

Su ciencia por lo que su anhelo apaña,

Su tesoro es su único trofeo,

Todo su habilidad, oculta maña;

Mas yo, el placer que encuentro más ingente

Es el de mantener calma mi mente.

Mi riqueza es salud y quietud mi entorno,

Mi conciencia es mi más clara defensa;

No busco contentar con el soborno,

Ni causar con engaño alguna ofensa.

Así vivo y así será mi muerte,

¡Ay, si todos hicieran de esta suerte!



Saludos Vacacionales
J.L.Rueda

P.D. Evidentemente el original es en ingles, he encontrado varias traducciones y me he quedado con la que más me ha gustado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo y yo que a la poesia no le veo nada. Nunca he leido nada de Hernandez ni de Machado, me quede en Tolkien, Howard, Scot Card, Gibson, Prachet y en general todo lo relacionado con espada y brujeria.
Saludos

J.L.Rueda dijo...

Pues no es que yo sea lector de poesía, la verdad es que muchos poetas me aburren (eso si, con todos mis respetos), el caso de Miguel Hernández es especial para mi, desconozco el motivo pero cuando leo sus poemas se me pone la piel de gallina y lo confieso, algunas veces se me humedecen los ojos (será porque me estoy haciendo mayor)y yo no soy precisamente una persona muy sensible .

Sus orígenes eran humildes (era pastor), a Miguel Hernández también se le conoce como el poeta de la Republica, se alisto voluntario en el Ejercito Republicano y además de luchar con las armas en el frente de batalla para defender la libertad y la Republica, a sus compañeros de armas les leía poemas en las trincheras en los momentos de calma.

Tuvo su segundo hijo estando preso en la cárcel (el primero se le murió), debido a la falta de alimentos y como consecuencia a la insuficiencia de leche materna, su mujer alimentaba al niño con zumo de cebolla, imaginaros sus sentimientos estando preso e impotente para poder alimentar a su hijo, durante su presidio escribió el siguiente poema a su hijo:

NANAS DE LA CEBOLLA

La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.

Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.

Saludos.
P.D. Espero no haberme puesto pesadito, pero esta poesía vale la pena.